4.6. De Isaac Newton a la Ilustración

Las reconstruciones de los últimos arquitectos barrocos desembocarán en las estructuras geometrizantes del Siglo de las Luces. Tambien destaca el surgimiento de una masonería en alza que culminará el siglo XVIII con grandes reconstrucciones.



1694: Nikolaus Goldmann y Leonhard Christoph Sturm

El matemático y profesor de arquitura alemán Nikolaus GOLDMANN (1611-1665) fue autor de la «Introducción completa a la arquitectura civil», un compendio de la arquitectura de su época, publicado póstumamente (1696), donde el Templo se proponía como patrón de perfección para medir y regular todas las ramas de la arquitectura. Presta particular atención al uso de módulos en la construcción, así como a la teoría de las proporciones. En realidad se trata de una versión simplificada, sin los muros y pérgolas exteriores, de la propuesta de Villalpando, adaptada a los nuevos gustos arquitectónicos de la época. El Santuario también se adapta a alguna de las últimas reconstrucciones.

Sus notas y diseños habían sido utilizados dos años antes en Leipzig por el editor de aquella obra, el teólogo y arquitecto Leonhard Christoph STURM (1669-1719) en su obra «Sciagraphia Templi Hierosolymitani», basada directamente en la traducción que hizo Lutero de la Vulgata. Los elegantes caracteres góticos de ésta se mezclan con eruditas citas en hebreo y griego. La obra contiene sólo cuatro grabados, ya que la propuesta completa que incluiría alzados se presentó dos años después en la edición de Goldmann. En realidad Sturm presenta dos propuestas: el Templo de Herodes (lám. 1: «Designatio Templi juxta Talmudicos Doctores») y el de Ezequiel. El primero es una clásica propuesta rectangular de 340x140 codos, con la novedad de situar los espacios auxiliares del Templo fuera del rectángulo, en lugar de sobre el mismo muro, como será habitual. Los patios de las cocinas («culinis populi») son cuadrados, de 40x40 codos. En cuanto al Templo de Ezequiel, Sturm se basa claramente en Villalpando, al que, todavía, añade un atrio exterior concéntrico («atrium gentium», 3000x3000 codos, que sería el tamaño del «montis sancti»), que recoge el atrio de las mujeres (1000x1000) y un templo semejante al propuesto por Villalpando (800x800). Repite las dos consideraciones más dudosas de Villalpando: la división del atrio exterior en siete atrios cuadrados y la extensión del Templo fuera del cuadrado de 500x500. También rediseña todo el área del Santuario y añade, en una curiosa entente con los textos rabínicos, dos conjuntos de patios cruciformes de 40x30 codos en dos de los atrios exteriores, así como elementos de tabiquería allí donde Villalpando sólo preveía columnatas para disponer los numerosos habitáculos auxiliares del Templo que el jesuíta, más preocupado por la belleza de sus láminas, olvidaba. Las citas al Talmud son habituales, así como las de teóricos como Ribera, Cappel (de quien toma la disposición de los patios perimetrales), Coccejus, Judá León (a través de la edición de Sauberto), Goldmann, Wasmuthius y, por supuesto, Villalpando.

Sturm



1695: Abraham ben Jacob

El Amsterdam Haggadah (conservado en la New York Public Gallery) se convirtió pronto en una imagen clásica dentro de la iconografía rabínica de la religión judía, especialmente por su amplia difusión en el occidente europeo. Amsterdam se había convertido en el siglo XVII en uno de los grandes centros del judaismo tras la independencia del Imperio Español. Numerosos judíos españoles y portugueses llegaron aquí animados por el ambiente tolerante y abierto de los Países Bajos. A diferencia de Venecia, allí no se puso ninguna restricción a la propiedad de imprentas por judíos, por lo que su número creció rápidamente: «Impreso en Amsterdam» pronto fue un signo de excelencia tipográfica y de diseño, así como de fiabilidad textual.

Esta imagen del Templo, con el Sol atardeciendo tras el templo, ha sido copiada hasta la saciedad en los Haggadah judíos hasta la actualidad, así como un mapa de Canán con la ruta del Éxodo y los límites de la Tierra. Hay algo de ironía en todo esto, ya que Abraham ben Jacob -un judío converso que había sido sacerdote cristiano- tomó prestadas la mayoría de las ilustraciones de artistas cristianos. La conocida imagen del Santuario está tomada de las Icones Bibliae de Mathaeus Merian, que Abraham debió conocer bien como sacerdote. Pese a ello, se le reconoce haber ampliado los límites de la ilustración de los libros judíos. Las innovaciones no estaban sólo en las ilustraciones sino, principalmente, en la técnica. Fue la primera Haggadah en la que se usaron planchas de cobre en lugar de madera.

Amsterdam Haggadah



1701: Johannes Lund

Es interesante destacar la hábil lateralidad centralizada del teólogo luterano holandés Johannes LUND (Flensburgo, 1638-86) en «Die Alten Juedischen Heilightuemer» entre el gran número de intentos, donde la fuerte influencia de las bellas estampas de Villalpando se contrapone a las más exactas descripciones de los rabinos, cuya falta de simetría molestaba hasta a los más fieles seguidores. Las citas, sobre todo, a Judá León «Templo» son contínuas. Sus ilustraciones fueron usadas para una de las más famosas maquetas del siglo XVIII, la realizada por los administradores del orfanato de Glaucken (Halle, Alemania) en 1718.



1721: Johann Fischer von Erlach

El arquitecto austriaco Johann Bernhard FISCHER VON ERLACH (Graz, 1656 - Viena, 1723) concibió el «Entwurff einer historischen Architektur» (Viena, 1721), un tratado escrito en alemán y francés en el que compara las diferentes culturas universales a lo largo de la historia. En él se hacía eco de la reconstrucción de Villalpando, de la que incluye una planta y una perspectiva, citando también a Josefo para el Segundo Templo, a Lightfoot para el interior y al Viaje de la Tierra Santa de Doubdan para la actual mezquita de la Roca.

El Templo de Fischer Von Erlach



1723: Christopher Wren

El gran arquitecto británico Christopher WREN (East Knoyle, Wiltshire 1632 - Londres 1723) es más conocido por ser el arquitecto real que reconstruyó la capital inglesa después del Gran Incendio de 1666 y el que le dio el primer envión de gloria. COnstruyó también la catedral de San Pablo en Londres, el hospital de Greenwich y el palacio de Kensington, pero también tuvo relación con el salomonismo. Algunos de los tratados de arquitectura de Wren, incluidos por su hijo Christopher en el Parentalia, se refieren a edificios antiguos, aunque muestran escaso interés por las armonías Pitagóricas o los sagrados principios que Dios empleó como arquitecto. Wren se interesó por el Templo de Salomón, pero no creía que su calidad estuviera causada por su inspiración divina. Muestra su admiración por el elegante orden corintio de Villalpando, al que define como una "fine romantick Piece". Rechaza la asociación de Vitruvio de los órdenes con las proporciones humanas, sino que cree que tiene más que ver con los árboles que con los hombres.


- Christopher Wren, Parentalia: or, Memoirs of the Family of the Wrens, p. 360, Londres, 1750. La parte de Sir Christopher se editó aparte en 1903 y en facsímil en 1965: Life and works of Sir Christopher Wren from the Parentalia or Memoirs by his son.



1725: Nicholas Hawkmoor

Uno de los principales discípulos y colaboradores de Wren, Nicholas HAWKMOOR (Londres 1661), también se interesó por el prototipo bíblico. Es probable que, entre otras, la Christ Church en Spitalfields se construyera siguiendo las líneas del Templo de Salomón, como resultado de su preocupación por la arquitectura cristiana temprana y la búsqueda de la "iglesia esencial". Siguiendo los razonamientos de los francmasónicos, que se consideraban sucesores de los constructores de las pirámides y del Templo de Jerusalén, sus jardines y fachadas se salpicaban de esbeltas pirámides y referencias salomónicas. No es difícil apreciar las semejanzas de la Christ Church con la reconstrucción del Templo de Arias Montano, con la planta rectangular, la nave con una armónica sucesión de ventanas en varios niveles y la torre sobre el vestíbulo. Este esquema forma parte de una larga tradición en las iglesias inglesas de la época: el exterior es complejo y simple a la vez, con un amplio y rotundo pórtico coronado con una bóveda de cañón corrido y una fachada que se eleva en un volumen rectangular dominado por una alta ventana serliana y rematado por una moldura que hace de base al campanario y su alta aguja, reminiscencia de las agujas góticas destruidas por el fuego del Gran Incendio.

El Templo de Salomón, según Arias Montano Christ Church, fachada Christ Church, nave lateral

Dentro del tono críptico de la masonería inglesa de la época, la leyenda "The Wisdom of Solomon" (La sabiduría de Salomón) puede leerse en otra obra de Hawksmoor: la iglesia de St. Anne en Limehouse, templo que naturalmente sigue el mismo esquema que la Christ Church.

Leyenda de la Pirámide de St. Anne: «The Wisdom of Solomon» Pirámide frente a la iglesia de St. Anne, en Limehouse



1728: Isaac Newton
También el físico y matemático inglés Isaac NEWTON (Whoolstorge, 1642-1725) aportó su conocimiento del hebreo y del problema del templo a un serio estudio del Templo de Salomón y Ezequiel, el «Chronology of the Anctient Kingdoms...» (1728), publicado póstumamente, con una descripción de la Corte Interior del Templo de Salomón basado en elementos de Ezequiel, pero descartando todo lo que añadieron Zorobabel y Herodes, es decir, la parte asimétrica o diferente de las tres descripciones. Las medidas son 200x250 codos, de proporción 5:4 = 1,25. Sus manuscritos han sido recientemente editados en un libro en castellano. Isaac Newton

  Templo de Salomón, según Isaac Newton (1728)

También dejó inéditos numerosos diagramas con notas manuscritas, que demuestran su erudición filológica y exegética. Uno de los manuscritos trata directamente el tema del Templo de Salomón. En él, demuestra un exhaustivo conocimiento de las fuentes bíblicas ortodoxas, sin caer en la tentación de los simbolismos arbitrarios, inluso permitiéndose corregir aspectos mal traducidos por San Jerónimo. Cita también a Josefo, Maimónides, la Misnah de Compiègne de Veil, Ricardo, Montano, Vatable, l'Empéreur, Villalpando, Drusius y Cappel demostrando una gran erudición filológica con inesperadas claras ideas de la arquitectura del Templo. A estos dos últimos autores y su «Critici Sacri», la compilación teológica más importante de su momento, parece deber no sólo las principales ideas, sino sobre todo los procedimientos ilustrados de exégesis bíblica. Las diferente traducciones seguramente fueron tomadas de la políglota de Walton.

En cuanto a la disputa sobre qué templo se parecía más al de Salomón, si el de Herodes o el de Ezequiel, toma claro partido, pero demostrando su conocimiento del segundo: "El Templo de Salomón junto con sus atrios no ha sido descrito suficientemente en ningún sitio, salvo en las visiones de Ezequiel [...] cabe esperar que los edificios levantados sobre los mismos cimientos se clarifiquen mutuamente". También demostró una gran erudición con un tema que nos concierne especialmente: el de las medidas hebreas. Pero tendremos que volver sobre el tema en otro momento.


- Isaac Newton, The Chronology of Ancient Kingdoms Amended, London, 1728.
- Isaac Newton, El Templo de Salomón, Ed. crítica, trad. española y estudio de Ciriaca Morano, Debate CSIC, Madrid, 1996.



1731: Johann Jacob Scheuchzer

El alemán Johann Jacob SCHEUCHZER es el autor de «Physica Sacra» (1731-35), una monumental obra que alcanzó gran reconocimiento en su tiempo, en la que se dedica una documentación muy completa al Templo. Incluye las reconstrucciones de Villalpando, Lund y Sturm, que le deben parte de su notoriedad.



1741: John Wood

Algo posterior es la propuesta del arquitecto inglés John WOOD (1704-1754), masón y misticista, que tanto hizo desde la ciudad-balneario de Bath por la propagación del neopaladianismo en Inglaterra. En su obra «The Origin of Building» defiende el origen hebreo, a través de Grecia y Egipto, de la arquitectura pagana romana. Esta discutible tesis es una manifestación tardía de la vieja idea de Villalpando de eliminar de la arquitectura clásica toda asociación pagana a fin de justificar su uso en el cristianismo. Con una potente concepción geométrica, casi podríamos decir que racionalista, vuelve a la disposición rectangular con dos atrios, pero sin la presencia de los atrios interiores cruciformes de las cocinas, reminiscencia de los grabados de Vatable. La inscripción del Santuario dentro de sucesivos niveles de muros es la clásica de las representaciones judías.

El Templo de Salomón, según J.Woods (1741)



1767: Hilario Santos Alonso y Manuel Josef Martín

Aunque no hace ninguna alusión al monasterio del Escorial, es muy interesante esta obra, ya que no abundan precisamente los tratados salomónicos en la España de la ilustración borbónica. En esta época, el edificio de Felipe II se trataba desde el punto de vista arquitectónico, despojándolo de toda tradición simbólica o dinástica. Se inscribía así en una discusión más amplia sobre el clasicismo arquitectónico europeo de los siglos XVI y XVII. Estos dos escritores, inscritos en la moda de imitaciones del Quijote y su constumbrismo, escriben en una prosa popular, breve y asequible.


- Historia verdadera y sagrada del Rey Salomón, y fábrica del gran Templo de Jerusalén. Sacada de la Sagrada Escritura, según Calmet, Villalpando y otros insignes expositores, su autor Don Hilario Santos Alonso, en Madrid, en la imprenta de D. Manuel Martín, 24 pp. (ed. 1771 Valencia, 1772 Murcia); ed. de Madrid, 1778, por Manuel Josef Martín.



Apéndice: la Masonería

Durante la segunda mitad del siglo y todo el siguiente, sólo la masonería parece interesarse por el Templo. De hecho, muchos de los últimos reconstructores que acabamos de ver y la mayoría de los del siguiente capítulo eran masones. La intención filológica y científica de Arias Montano y Villalpando se transforma en una lectura espiritual y esotérica del Templo a partir del siglo XVIII. Todo se lee con símbolos y se lee lo que se quiere leer. Se descubren ingeniosos trazados reguladores que «demuestran» intenciones esotéricas en cualquier edificio medieval. Se inventan también magníficas leyendas, como la que magnifica el papel del arquitecto Hiram en la construcción del Templo de Salomón, según conviene a la tradición constructora de la masonería. Se construye una tradición iconográfica propia basada en las columnas Jakim y Boaz y la disposición tripartita del Santuario. Pero, sobre todo, se transforma a Salomón en el mayor mago de todos los tiempos.

Lámina masona de 1747 Lámina francmasona Der compass der Weisen
1) Representación satírica de una logia masónica (1747). Es una evocación de las perspectivas de Vatable y Arias Montano del Templo de Jerusalén. 2) Lámina francmasona (Inglaterra, ca. 1780). 3) Ketima Vere, Der compass der Weisen (El compás de los sabios), Berlín, 1782.


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