4.9.e. Salomón en el Monasterio de El Escorial: la escuela italiana
  1. Juan Bautista Monegro: «Los Reyes de Judá» (ca. 1580)
  2. Francesco da Urbino: «El juicio de Salomón» (1581)
  3. Pellegrino Tibaldi: «El Rey Salomón interrogado por la Reina de Saba» (ca. 1586)
  4. Luca Giordano: «Escenas de la vida de los reyes David y Salomón» (ca. 1694)

A partir de 1580, Felipe II comienza la decoración de su monasterio. Ante la evolución de sus gustos artísticos, o tal vez debido a las malas relaciones con Flandes, trae sobre todo artistas italianos, que crean sus propias influencias de pintores y escultores nacionales. El arte aflamencado de principios del reinado del rey se vuelve italianizante en esta etapa. No en vano el señor de los Países Bajos también gobernaba sobre Nápoles, Sicilia y el Milanesado.

Las intenciones de los cuadro y esculturas no son historicistas ni de intenciones exagéticas ni arqueológicas. Son simplemente simbólicas, con tendencia a tornar la época de Salomón (s IX a.C) en la clasicista del dominio romano sobre Israel del segundo Templo. Podríamos decir que se reproduce aquí la fuerte polémica intelectual, absolutamente contemporánea, entre los exégetas y filólogos de tendencias arqueológicas de Arias Montano con la escuela de Villalpando, más tendentes al simbolismo neoplatónico (Taylor los diferenciaba en racionalistas y místicos, mientras que Checa los opone como humanistas y científicos). No en vano, Montano traía las ideas de Amberes, mientras que Villalpando venía de Roma.



a) Juan Bautista Monegro: «Los Reyes de Judá» (ca. 1580)

Juan Bautista Monegro (1545-1621), escultor y arquitecto toledano, trabajó en El Escorial en las estatuas de los Reyes de Judá, en los Evangelistas del patio central del convento y en la de San Lorenzo de la fachada principal. Con grandes influencias de los escultores italianos de su época, sobre todo de los Leoni, llegó a ser maestro mayor en la catedral de Toledo, ciudad donde también fue escultor de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. El encargo de las estatuas de El Escorial se realizó el 2 de diciembre de 1580, elevándolas a su posición actual entre el 20 de abril de 1584 y el 12 de marzo de 1585. Muy lentos en comparación con la estatua de San Lorenzo y las armas reales de la fachada principal, que se hicieron entre el 21 de enero de 1582 y el 21 de marzo de 1583.

San Lorenzo Escudo de la fachada Patio de Reyes Detalle de los Reyes de Judá
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A la izquierda, detalle de las esculturas de San Lorenzo y las Armas reales (fachada principal). A la derecha, fachada de la iglesia en el Patio de reyes, y detalle de las estatuas de David y Salomón, de Juan Bautista Monegro.

Bustamante cree que la idea de los reyes debe ser necesariamente posterior a la traza de la fachada de Juan de Herrera, de 1577, que cree sugerida por Arias Montano. Al perderse el borrador de las inscripciones de las basas de las estatuas en vida de Felipe II, Bustamante sospecha, con toda lógica, que "la oposición a Arias Montano y a su idea de un «Escorial bíblico», un «Escorial Templo de Jerusalén», era tan fuerte, que aunque hubo que aceptar la incorporación de los seis Reyes judíos en la faz de la Basílica, logró frenar las inscripciones, acaso por excesivamente claras".

Las inscripciones que el padre Santos redactó para sus pedestales en 1660 son suficientemente significativas: la de David dice "recibió la traza de la obra de manos del Señor" y la de Salomón "edificó el Templo y lo dedicó al Señor". El padre Sigüenza había previsto unos más amplios, basados seguramente en los de Montano, pero que hubieran quedado demasiados pequeños para leerse. La de Salomón, por ejemplo, decía: "Cæpit ædificare domum Dom. ann. IV. Regni sui & ann. XI. perfecta est, & intulit quæ santificaverat David pater suus, argentum aurum & vasa reposuitque in thesouris dom. D. (3 Reg., 7)".

Josafat y Ezequías David Salomón Josías y Manasses
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Como vemos, todas hacen referencia a la contrucción del Templo (y a su reparación y ampliación, con lo que Felipe II dejaba un claro mensaje a sus sucesores) y a la instauración del culto único que supuso el Templo de Salomón, luchando contra la adoración de los judaitas en los «lugares altos» frente al culto a Yahvé y su Arca de la Alianza de los israelitas.

Josafat

2 Cro 19
(2 Par 17-19)
Lucis ablatis Legem propagavit
«Destruidas las prácticas idólatras, renovó el culto de la Ley»
4º rey de Judá, era hijo de Asa. Reinó desde los 35 años durante 25 años más.
Restableció los sacrificios reales después de destruir los bosques, donde hizo desaparecer los «altos» y las columnas idolátricas.

Ezequías

2 Cro  29-30
(2 Par 29)
Mundata domo Phase celebravit
«Limpió el Templo [de idólatras] y celebró la Pascua»
12º rey de Judá, era hijo de Ajaz. Reinó desde los 25 años durante 29 años más.
Aseguró el abastecimiento de agua a Jerusalén, construyendo el famoso Canal de Siloé. Suprimió altares, los «lugares altos» y el culto a la serpiente de bronce de Moisés. Restauró las puertas del Templo y mandó a los sacerdotes y levitas purificar el Templo durante 8 días, para restaurar la Pascua solemne, restableciendo las clases sacerdotales.

David

1 Cro 28
(1 Par 28)
Operis exemplar a Domino recepit
«Recibió la traza de la obra de manos del Señor»
1er. rey de Judá e Israel unificadas, descendía directamente de Adán y los patriarcas.
Como Carlos V, fue un rey guerrero, por lo que Dios no le permitió levantar el Templo, pero recibió directamente de manos de Yahvé sus trazas

Salomón

1 Re 6
(3 Reg 7)
Templum Dño [Domino] aedificatum didicavit
«Edificó el Templo y lo dedicó al Señor»
2º rey de Judá e Israel unificadas, era hijo de David y Betsabé.
Construyó el Templo en el 2º año de su reinado, acabándolo en 7 años. Fue conocido por su sabiduría y sentido de la justicia, aunque al final de su reinado cayó en la poligamia e idolatría, sobre todo bajo la influencia de la Reina de Saba.

Josías

2 Cro 34
(2 Par 34)
Volumen Legis Domini in venit
«Encontró el Libro de la Ley en las ruinas [del Templo]»
15º rey de Judá, era hijo de Amón y nieto de Manasés. Reinó desde los 8 años durante 31 años más.
Reparó el templo y destruyó el de Baal, los altares, estatuas y santuarios idólatras. Durante los trabajos de reconstrucción del Templo encontró en él el Libro de la Ley de Moisés, el «Deuteronomio».

Manasés

2 Cro 33
(2 Par 34)
Contritus Altare D. instauravit
«Arrepentido, restauró el Altar del Señor»
13º rey de Judá, era hijo de Ezequías. Reinó desde los 12 años durante 55 años más.
Tras un fuerte arrepentimiento, quitó los altares y dioses extranjeros que él mismo había levantado. Reparó los muros exteriores de la Ciudad de David, al occidente de Guijón y restauró el Altar de los Sacrificios del Templo.

Las citas bíblicas entre paréntesis corresponden a la versión latina (Vulgata), que es la que cita el Padre Sigüenza. Según éste, la idea de los reyes se debe al Arias Montano, aunque se perdió el borrador de los textos de los pedestales. Él mismo había preparado unas frases bíblicas por encargo de Felipe II, ya que la gente no sabía reconocer los reyes, pero, tras la muerte del rey, el encargo se olvidó. Las actuales, según el padre Ximénez (I.I.IV, 35), se deben al padre Santos.

Son mal llamados reyes de Judá, ya que en rigor éstos sólo comenzaron tras el cisma promovido por Roboam, el hijo de Salomón, que separó el reino de su padre en Israel al norte y Judá al sur. Como se puede ver, todos los reyes tiene algo que ver con el Templo o su reconstrucción, pero haciendo incapié en la lucha contra la herejía y la defensa de la religión. El padre Sigüenza notó que Ezequías no tenía mucho que ver con el Templo y propuso su cambio por un séptimo rey:

Joás

2 Cro 24
(2 Par 24)
Congregata infinita pecunia, donduxit ex sea artifices, ut instantarent domun Domini, & quodo cadere coeperat fulciretur, ac suscitanit eam in gradum pristinum. 7º rey de Judá, era hijo de Ocozías. Reinó desde los 7 años durante 40 años más.
Murió violentamente por matar al profeta Zacarías



b) Francesco da Urbino: «El juicio de Salomón» (1581)

El Juicio de Salomón en El Escorial   «Los verdugos con el niño vivo», cartón preparatorio, 1.560 x 1.010 mm
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El genovés Franciscus de Gorachiis, conocido como Francesco da Urbino (Borgo San Sopolcro, 1545 - 1582), vino a España en 1567 con Giovanni Battista Castello «Bergamasco» para trabajar en la decoración de la Torre Dorada del Alcázar de Madrid y el Palacio de Valsaín, desde donde recala en El Escorial en 1575 donde trabaja hasta su muerte en 1582. Según Sigüenza, iba camino de convertirse en uno de los mejores pintores de su época.

Sin duda uno de los mejores conjuntos de toda la pintura italiana del monasterio, su importancia se subraya al conservarse además los dibujos preparatorios, única serie completa que se conserva en El Escorial. Los veintidós cartones, conservados en la Biblioteca del monasterio, ponen de manifiesto el enorme interés del artista por el dibujo y el detalle, herencia de su maestro Bergamasco, y en los que se adivina su inspiración en Rafael Sanzio. Los dibujos seon de dos tipos: los preparatorios, con lápiz y albayalde sobre papel gris azulado, y los definitivos, a lápiz y pluma sobre papel verjurado con los contornos agujereados para pasarlos al techo y silueteados para facilitar esta transposición. Algunos dibujan sólo detalles anatómicos aislados.

Su principal obra en el monasterio fue la bóveda de la celda prioral, que representa en su recuadro central el famoso juicio de Salomón. También destaca el Juicio final, los Evangelistas y las Virtudes teologales. Fue la última obra de este artista (se fecha en la base del trono en MDLXXXI), con una compleja solución espacial de claro sabor perinesco. Iconográficamente respeta la tradición del trono sobre escalones y con los dos leones, con decoración y vestuario totalmente clasicista, más propios de la época de dominio romano de Herodes que del tiempo de Salomón (965 a.C.), como era habitual en el s. XVI. La arquitectura del fondo tampoco tiene intenciones arqueológicas, sino que se trata de la típica invención ilusionista con intención otra vez romana, no judía. Todo ello se enmarca en una composición de falsas arquitecturas, con lunetos fingidos, grutescos y figuras alegóricas y bíblicas.

Los verdugos con el niño vivo Anciano con un niño Las dos madres
Cartones preparatorios del Juicio de Salomón: "Los verdugos con el niño vivo", "Anciano con un niño" y "Las dos madres"(cart. 249, 250 y 252)



c) Pellegrino Tibaldi: «El Rey Salomón interrogado por la Reina de Saba» (ca. 1586)

Pellegrini o Pellegrino, llamado el Tibaldi, nació en Puria y murió en Módena (1527-1596), y curiosamente -como Arias Montano- tenía la misma edad que Felipe II. Estudió pintura y arquitectura en Bolonia y, con Vassari, en Roma. Allí realizó los frescos (1544-47) de la Sala Paolina en el Castillo de Sant' Angelo. Después trabajó como arquitecto en la Catedral de Milán, donde aprendió la cultura miguelangelesca, pero depurada de sus inclinaciones laicas. Es autor también de los cartones del mosaico del altar mayor de la Catedral, de los planos de la reconstrucción de la iglesia octogonal de San Lorenzo y de la fachada del Palacio Arzobispal de Milán, así como del Colegio Borromeo de Pavia. Recomendado por Pompeo Leoni, Felipe II le llamó a España en agosto de 1586, nombrándole «Arquitecto de su Majestad» para trabajar en el Alcázar. Lomazzo le definió como el «Miguel Angel reformado».

Su obra más conocida son los frescos de la biblioteca y del claustro principal del monasterio de El Escorial, donde ocurren interesantes imágenes del templo de Jerusalén: «La presentación de la Virgen en el Templo», los «Desponsorios de la Virgen», «Jesús entre los doctores», la «Purificación de la Virgen» y «La matanza de los inocentes» entre ellos. En la mayoría de las imágenes interiores del Templo destacan las columnas torsas de San Pedro de Roma que según la tradición provenían del mismo templo de Jerusalén.

«Presentación de la Virgen en el Templo»    «Desponsorios de la Virgen»    «Jesús entre los doctores»
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Entre los magníficos frescos de la biblioteca del monasterio, en su panel central (justo enfrente de la estatua de Salomón de la Basílica y de la de Felipe II frente al altar) se narra la escena bíblica de "El Rey Salomón interrogado por la Reina de Saba" (I Rey 10, en la Vulgata III Reg X)). El texto de la falda de la mesa reproduce otro texto bíblico, esta vez en hebreo: «has dispuesto todas las cosas con medida, número y peso» (Sab 11:20). Los trabajos de preparación se realizaron entre 1586 y 1587, terminándose la bóveda y los lunetos en 1591, y el friso de debajo al año siguiente. Sus frescos siempre se han considerado un homenaje a la Capilla Sixtina.

Salomón y la Reina de Saba (El Escorial, Biblioteca)
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- Sylvie Béguin, "Pellegrino Tibaldi" y Carmen García Frías, "Francesco da Urbino", en Dibujos italianos para El Escorial, coord. por Mario di Giampaolo, Nerea, Madrid, 1995.
- Pierluigi Carofano, "Francisco da Urbino y la decoración de la celda del prior", en Los frescos italianos de El Escorial, coord. Mario Di Giampaolo, p. 99, Electa, Patrimonio Nacional, Madrid, 1993.
- D. Angulo Iñiguez y A. Pérez Sánchez, A Corpus of Spanish Drawings, I, Spanish Drawings 1400-1600, London, Boston, New York, 1975.
- Agustín Bustamante, La Octava Maravilla del mundo, estudio histórico sobre El Escorial de Felipe II, pp. 636-647, Madrid, Alpuerto, 1994.



d) Luca Giordano: «Escenas de la vida de los reyes David y Salomón» (1693-94)

La recepción de la Reina de Saba (Fresco de Salomón)
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Luca Giordano (1634-1705), llamado en España Lucas Jordán, nació y murió en Nápoles, centro artístico de relieve en la Italia del XVII y políticamente vinculado a la corona española. Según Palomino, pudo ser oriundo de Jaén, ya que en Baeza hay familias de apellido Jordán. Carlos II necesitaba un decorador brillante y rápido para terminar la escalera monumental y las últimas bóvedas de la basílica que no consumiera allí años de gris e ineficaz trabajo. Se estima que pudo pintar 5.000 cuadros. Giordano era además el más famoso de los decoradores italianos, por lo que podrá aumentar el pretigio de la monarquía española. Tras un largo periplo por Roma, Bolonia, Parma, Florencia y Venecia, llegó a El Escorial en la primavera de 1692, cuando era ya el pintor de frescos más famoso de Europa. Según el juicio de Ceán Bermúdez, era un pintor rápido y brillante, pero superficial. Sin embargo, como nos cuenta Palomino, en su época fueron muy apreciados y se consideraron como algo nuevo y sin parangón, como aquello que habían ambicionado siempre sin conseguirlo los monarcas españoles. Los frescos de David y Salomón concluyeron la decoración de El Escorial que comenzó Felipe II un siglo antes.

El rey Carlos II deseaba dedicar parte de la decoración de la basílica a temas relacionados con la Eucaristía, de la que ya desde antes de Trento eran extremadamente devotos los Austrias. Jordán, sin embargo, se obstinó en representar escenas que exaltaban al pueblo de Israel en las que se las ingenió para introducir antecedentes de la Eucaristía. A los lados del coro, el napolitano realizó dos frescos sobre los reyes David y Salomón. El del paso al convento se dedicó a David, autor de los Salmos, y el del tránsito al colegio a Salomón, representando la Ciencia y la Sabiduría. Ambos frescos, pintados entre 1693 y 1694, presentan la misma composición: los cuatro lunetos están ocupadas por cuatro escenas diferentes y una de ellas se continúa hasta la bóveda, formando el cielo de las otras tres. A diferencia de otras composiciones del autor, estos dos frescos tienen una mayor claridad compositiva, con menor número de personajes que tienen también un mayor tamaño del habitual en Jordán. Las escenas del fresco de Salomón presentan a Dios Padre sobre Salomón al infundirle la sabiduría que le había pedido mientras duerme. Las otras tres escenas narran la unción como rey de Salomón, el juicio de Salomón y la recepción de la reina de Saba. El fresco de David presenta en su centro a los ángeles que traen al rey los planos del Templo de Jerusalén. Las otras escenas muestran a David tocando el arpa, con los profetas Natán y Gaad, y ofreciendo sacrificios en el monte Moriá, en el lugar en que Salomón construiría su Templo.

Salomón    David
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Giordano pintó también un ciclo de lienzos con historias bíblicas en 1695 para la desaparecida ermita de San Juan del Buen Retiro. Los cuadros originales, muy similares a las escenas de El Escorial, enriquecen las composiciones originales con nuevos elementos al pasar del marco triangular al rectangular. Esta amplia serie de once lienzos de Salomón (completada con tres de David y uno de Absalón), grandes como frescos, tuvo mucho éxito. Así lo demuestra el que existan varias réplicas de taller, entre las cuales se conservan algunas en la Catedral de Toledo destinadas para servir de modelo para unos tapices, y una segunda serie con un estilo distinto pero iguales composiciones iniciada años después por Giordano, aunque acabada por Solimena. Según Ferrari y Scavizzi, la preferencia por Salomón y la construcción del Templo no es sino un homenaje a la casa de Austria y muy especialmente a Felipe II y la construcción de El Escorial.

«Salomón ungido rey»   «Salomón ungido rey»
«Salomón ungido rey» (243 x 343, 1695), Palacio Real de Madrid; id. (180 x 178, completado por Solimena, 1702), Palacio Real de Aranjuez

«Desponsorios de Salomón»
«Desponsorios de Salomón» (250 x 265, 1695), Palacio Real de Madrid

«Salomón toma juramento a sus hermanos»   «Salomón toma juramento a sus hermanos»
«Salomón toma juramento a sus hermanos» (250 x 265, 1695), Palacio Real de Madrid; id. (170 x 1780, completado por Solimena, 1702), Palacio Real de Madrid

«Salomón y la reina de Saba»   «Salomón y la reina de Saba»
«Recepción de Salomón a la reina de Saba» (249 x 364 cm, 1695); id. (180 x 178, completado por Solimena, 1702), Palacio de la Zarzuela, Madrid

«La construcción del Templo»
«La construcción del Templo» (244 x 415, 1695), Palacio Real de Aranjuez

«Salomón ofrece sacrificios antes de construir el Templo»   «El sacrificio en el Templo»
«Salomón ofrece sacrificios antes de construir el Templo» (102 x 155), colección privada, Madrid; id. (180 x 178 cm, completado por Solimena, 1702), Palacio de la Zarzuela

«Traslado del Arca de la Alianza»   «Idolatría de Salomón»
«Traslado del Arca de la Alianza» (247 x 345, 1695), Palacio Real de Madrid; «Idolatría de Salomón» (246 x 307, 1695), Palacio Real de Madrid

«Salomón recibe a sus hermanos»
«Salomón recibe a sus hermanos» (249 x 320 cm, 1695), Palacio Real de Madrid

«Sueño de Salomón»   «Salomón recibiendo la inspiración divina»
«Sueño de Salomón» (246 x 362 cm, 1695), Museo del Prado; «Salomón recibiendo la inspiración divina» (203 x 178 cm, completado por Solimena, 1702), Museo del Prado

«El juicio de Salomón»   «El juicio de Salomón»
«El juicio de Salomón» (248 x 357 cm, 1695), Museo del Prado; id. (170 x 180 cm, completado por Solimena, 1702), Palacio Real de Madrid

«Salomón tiene la visión de la destrucción del Templo»   «Salomón instruye a unos jóvenes»
«Salomón tiene la visión de la destrucción del Templo» (250 x 274 cm, 1695), Palacio Real de Madrid; «Salomón instruye a unos jóvenes» (54 x 118), Casita del Infante de El Escorial

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Recientemente, se subastó en Madrid un cuadro titulado «Episodio de la idolatría de Salomón», con un precio de Salida de 7 millones de pesetas (Óleo sobre lienzo de 158 x 191'5 cm, firmado L Giordano en el pedestal de la estatua) que insiste en el gusto del napolitano sobre el tema. Otras representaciones del templo puede verse en la Expulsión de los mercaderes del Templo, del fresco de la contrafachada de la iglesia de los Gerolamini, en Nápoles (1683-85), y el cuadro (1690) de la Bob Jones University Collection (Greenville).

Episodio de la idolatría de Salomón

Expulsión de los mercaderes del Templo [Pulse para ampliar] Expulsión de los mercaderes del Templo

Suya es también la conocida escena de la Construcción de El Escorial donde aparecen Felipe II con Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera y fray Antonio de Villacastín de la parte superior de la escalera principal. A la derecha del rey y de Santa Teresa, el pintor se retrató con sus clásicas gafas de Quevedo. Las otras paredes se completan con escenas de la batalla de San Quintín.

La obra de El Escorial
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- Luciana Arbace, "Lucas Jordán", en Dibujos italianos para El Escorial, pp. 121 y ss., coord. por Mario di Giampaolo, Nerea, Madrid, 1995.
- Manuela Mena, "El napolitano Lucas Jordán en El Escorial", en Los frescos italianos de El Escorial, coord. Mario Di Giampaolo, p. 203 y ss, Electa, Patrimonio Nacional, Madrid, 1993.
- Luca Giordano y España, catálogo exposición Palacio Real (7.03-2.06.2002, Patrimonio Nacional, Madrid, 2002.


(4.10. Arquitecturas construidas) Los intentos de reconstrucción del Templo de Jerusalén   Menú principal