EL ESCORIAL

desde Abantos (Nigh & Day)

Esta excursión (es difícil poder denominarla marcha a no ser que se haga directamente desde el pueblo, pero entonces es recomendable hacerla de día) es ideal para hacerla en una de esas noches calurosas del verano madrileño. Por la mañana puede hacerse en Otoño o Primavera, ya que no es muy recomendable hacerla con el calorín de agosto. Como es difícil llegar desde el pueblo (aunque preguntando se llega a todas partes), la manera de no perderse es llegar desde la carretera de Guadarrama, y pasada la Urbanización Las Pizarras tomar el desvío de Abantos y el Arboreto Luis Ceballos. A partir de ahí está muy bien indicado (aunque la carretera es muy muy mala), y puede conocerse de paso una de las más espectaculares subidas de la Vuelta Ciclista. Además hay un par de miradores desde donde se pueden sacar las mejores fotos del Monasterio. Para volver, se puede acabar en el pueblo, donde hay muchos sitios para poder tomarse unas pesicolas.

Nosotros y El Escorial

Para hacerla de noche conviene esperar a un fin de semana con Luna llena. Si se hace coincidir con la festividad de San Lorenzo, además podréis disfrutar de dos acontecimientos singulares: los fuegos artificiales que celebran las fiestas patronales en el pueblo (10 de agosto) y las famosas "lágrimas de San Lorenzo" o Perseidas, que se suelen dar en la primera quincena de agosto, cuando la Tierra atraviesa los restos del cometa Swift-Tuttle. Pueden verse numerosas estrellas fugaces, 60 a 80 meteoros por hora, aunque algún año se ha llegado a los 200. Lo mejor es verlas a simple vista, sin telescopio ni anteojos de ningún tipo. Llevan siendo observadas al menos 2000 años con caracter regular.

El Escorial desde un mirador en la carretera hacia Abantos: vista diurna

Es recomendable quedar en Madrid a las 20-20:30, para aprovechar la puesta de sol, y subir al puerto de Abantos en coche por el camino de la Vuelta Ciclista. Se puede aparcar junto a la entrada de la pista forestal, en el Puerto de Malagón (1.534 m), donde hay un espacio de tierra para bastantes coches. Tras una marcha muy sencillita de 40 minutos se llega al refugio de Abantos. Desde allí se puede disfrutar de una mágica vista del pueblo y del Monasterio de El Escorial (la iluminación nocturna del monumento está encendida sólo entre las 22:00 y las 24:00 horas). Normalmente os encontraréis allí al vigilante de Icona. Cuando fuimos de día erá una chica muy guapa. Desde ahí se coge el cordal principal (señalizado en blanco y rojo, es decir, el GR-10, para los más expertos) y se suben 20 minutillos más hasta la cruz y el vértice geodésico de Abantos (1.753 m), donde hay una estupenda plataforma con escalones para disfrutar de una cena a base de bocatas.

Subida por la pista forestal. LAs vacas nos miraban con cara mosqueada

Subida por el GR-10

Yolanda en el vértice geodésico de Abantos

La Cruz de Abantos

Los sibaritas pueden llevar mantel, tarteras, postres variados, vino, café en termo y toda suerte de delicatessen (ahhh, Pedro: tú si que sabes vivir). Las guitarras y los CDs portátiles pueden ser una idea a tener en cuenta, un poquito más dominguera. Normalmente se valora mucho la opción tirarse "a la Bartola" (sin malos pensamientos, please). Al terminar, se recoge todo, se despide uno del Monasterio, y a bajar. Nos espera una sencilla vuelta de 50 minutos al punto de partida, cuesta abajo y con la Luna iluminando el camino. Tiempo total: entre dos y cuatro horas, depende de lo que se tarde en comer y en disfrutar de las vistas.

Todos. Reunidos como Geyper

Todos en el vértice geodésico    Juanra bajo la Cruz de Abantos, iluminado por la Luna llena

.. y a disfrutar de la noche

Como véis, una caminata de pic-nic, sin peligros para los tobillos (cosa importante de noche). La subida no es nada complicada. El único problemilla es la falta de visibilidad hasta que sale la Luna (más o menos a las 23:00) y el posible frío en alguna parte del recorrido. Conviene llevarse una linterna (vale perfectamente desde una pequeñita hasta una profesional de esas de poner en la frente, aunque pareces un minero todo el recorrido), botas buenas (o al menos unas zapatillas de deporte duras), calcetines gordos, forro polar (por si las moscas; según el viento a veces hace bastante fresquete), chubasquero (si se prevén tormentas), bocatas y al menos un litro de agua por persona. Las clásicas almendras y chocolatinas son siempre bien recibidas). Gorro para el frío los que tenemos poco pelo.

De vuelta. Dado lo «soplanucas» de la ruta, Santiago -sobrado- la finaliza bostezando

Lo que es seguro es que al menos no se pasa calor. Las vistas son absolutamente espectaculares, nada que envidiar a las de La Maliciosa (lo siento Palax, asín es), y desde luego se ve mucho mejor El Escorial que desde la Silla de Felipe II. Una subida imprescindible para los amantes de la Naturaleza, la Historia y de la Arquitectura.

El Monasterio en la penumbra. Foto: Pedro Mesa

(Nota científico-divulgativa: Puesto que el pico de actividad de las Perseidas siempre rondaba el 10 de agosto, fecha del martirio de San Lorenzo en la parrilla, en todo el Occidente cristiano se creyó que eran las lágrimas de fuego del mismísimo santo las que caían desde los cielos. Esta creencia popular, debe ser interpretada como la un aspecto más de la adopción y reinterpretación de anteriores creencias paganas por parte de la Iglesia medieval y contrarreformista en la lucha contra esta fatalidad "cósmica" que suponían los días de bochorno y las "lluvias de fuego" nocturnas.)

El Escorial desde Abantos: vista noctura