4.4. Villapando y el esplendor de la Contrarreforma

Si podemos hablar de un antes y un después de las reconstrucciones del Templo, ese momento es claramente el de la aparición del tratado de Villalpando. Alumno de Herrera y financiado por el mismo Felipe II, curiosamente presenta un esquema arquitectónico absolutamente diferenciado del escurialense; sin embargo el estilo y la representación nos permite a la vez estudiar sus diferencias.



1595: Juan Bautista Villalpando

Trascendental importancia tuvo la obra de Jerónimo de PRADO (Baeza, 1547 - Roma, 1595) y Juan Bautista VILLALPANDO (Córdoba, 1552-1608), cuya parte arquitectónica suele atribuirse a éste último. La magna obra, fue impresa en tres grandes volúmenes de tamaño folio en Roma por Zannetti y Vuglietto en los años 1595-1606, aunque sus portadas las fechan entre 1596 y 1604. Tal vez los dibujos fueran muy anteriores a esa fecha, ya que su arquitectura parece más inspirada en Bramante que en Miguel Angel. El primer tomo se tituló «Hieronymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesv in Ezechielem Explanationes et Apparatvs Vrbis, ac Templi Hierosolymitani». Contiene un extenso comentario de la pluma del Padre De Prado sobre los primeros veintiséis capítulos de la profecía de Ezequiel.

Templo de Villalpando

En la dedicatoria Villalpando manifiesta que agradece toda su formación al rey, sin cuyo gran ánimo y sabiduría, que le hacen semejante a Salomón [Salomonis celsitudinem animi ac sapientiam imitatus], la obra no habría tenido lugar. Basándose en el monocordio pitagórico, Villalpando expone cómo estas consonancias sirvieron para unir los tríglifos y las metopas en las tres partes del Templo. Ésto enlaza directamente con la concepción astronómica de la construcción, basándose en la distribución de las tribus alrededor del Tabernáculo de Moisés, prefiguración del Templo de Salomón. La estructura microcósmica del Templo incorpora dentro de sí la armonía del orden universal, según se refleja en los movimientos de las estrellas y de los planetas. Pese a que la identificación de las tribus de Israel con las divisiones del zodíaco no tenía nada de nuevo, el plano cuadrado hace que Villalpando pueda organizarlos muy claramente en los cuatro grupos, ya admitidos, de tres signos cada uno. Además, asigna los siete atrios a los planetas. El siguiente paso es el antropomorfismo del Templo, coincidiendo con el principio vitruviano de que un edificio debe reflejar las proporciones del cuerpo humano. Incluso presenta un diagrama, demostrando cómo los pórticos del Templo se basan en la figura humana.

Villalpando se toma otras licencias, como tomar para el frente del Santuario una medida de 80 codos, pese a conocer que Josefo lo establecía en 100 codos. Aparte de la división del atrio exterior en siete atrios cuadrados de cien codos de lado, por motivos cosmológicos, mientras que amplía el central a un rectángulo de 100x200 codos, una de las pocas medidas absolutamente trasparentes de Ezequiel, llama la atención que ignore "la edificación frente al espacio separado [aedificii contra faciem eius], hacia atrás [quoderat separatum ad dorsum], y los portales [ethecas, galerías] de uno y otro lado" (Ez 41:15). Este tema del edificio posterior con galerías a los lados, Villalpando lo inserta en su trama sobregeometrizada, diluyendo el edificio y magnificando los pórticos. Por ello, la reconstrucción del jesuíta es posiblemente, pese a su minuciosa grandiosidad, la menos fiel de los númerosos estudios que propició la construcción de El Escorial.

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Villalpando imagina un muro exterior circundado por una pérgola de 110 y 125 cañas, que justifica ante las dificultades de traducción del comentario de San Jerónimo, cuyo texto decía que el muro del templo tenía 500 cañas (500/4=125).

 

Dado el tamaño real del monte Moriá y el desproporcionado codo de 45½ dedos castellanos, el templo de Villalpando necesitaría al menos cinco montes del tamaño del actual para alojar su grandioso edificio, lo que no pareció importar al jesuíta. Los patios de las cocinas quedan, en otra dudosa interpretación, en los sótanos del edificio, de 30x40 codos.

La edición moderna facsímil, ed. Siruela Portada. [Pulse para verla ampliada] Jakim y Boaz. [Pulse para verla ampliada]

- Tomi I, prol. p. 108. Hieronymi Pradi et Ioannis Baptistae Villalpandi e Societate Iesv In Ezechielem Explanationes et Apparatus Vrbis, ac Templi Hierosolymitani. Commentariis et imaginibvs illvstratvs opvs tribvs tomis distinctvm, 1595.
- Tomi II. De postrema Ezechielis Prphetae visione Ioannis Baptistae Villalpandi Cordvbensis e Societate Iesv. Tomi secvndi explanationvm pars secvnda , 1605.
- Tomi III. Apparatvs vrbis ac templi hierosolymitani. Pars I et II Ioannis Baptistae Villalpandi Cordvbensis e Societate Iesv. Collato Stvdio cvm H. Prado ex Eadem Societate.
- Ed. facs. El Templo de Salomón según Juan Bautista Villalpando. Comentarios a la profecía de Ezequiel. Trad. de José Luis Oliver Domingo del tomo II. Ed. Juan Antonio Ramírez. Siruela, 1991.



1599: Sebastián Barradas

El jesuíta portugués Sebastián BARRADAS (Lisboa, 1542-1615), en su «Commentariorum in concordiam et historiam evangelicam» describe los tres templos más de acuerdo con su apariencia arquitectónica que con su contenido simbólico, excluyendo la visión de Ezequiel. Aunque no faltan citas de los rabinos, la fuente principal para el Templo de Herodes es Josefo.


- Sabastiani Barradii, Commentariorum in concordiam et historiam evangelicam, Antverpiae, apud Petrum & Ioannem Belleros, 1617.



1599: Pablo de Céspedes

Las corrientes Montanista y Villalpandista empiezan a ser evidentes. El pintor Pablo de CÉSPEDES (Córdoba, 1538-1608), con su «Discurso sobre el Templo de Salomón», primer capítulo de su tratado sobre pintura del año 1599 en que se trata del origen de las columnas corintias, sale también en defensa de su maestro Arias Montano, y arremete contra las ideas de Villalpando. Céspedes, que vivió mucho tiempo en Roma, defendía el origen babilónico de la decoración del capitel corintio y de los fustes salomónicos o torsos, esto es, contorneados en espiral, criticando de paso la leyenda vitruviana sobre su origen. La antigua basílica de San Pedro en Roma poseía entre sus reliquias unas columnas retorcidas de mármol que, según la tradición de la época, Santa Helena se había llevado de Constantinopla. Se incorporaron a su altar, apareciendo desde entonces como cliché en pinturas como La curación del paralítico de Rafael, usándose como modelo para el actual baldaquín de bronce actual y en la práctica totalidad de las iglesias barrocas.



1600-1605: Fray José de Sigüenza

El ilustre bibliotecario de El Escorial, Fray José de SIGÜENZA (1544-1606), publicó en 1605, en ésta misma línea, la cuarta parte de la «Historia de la Orden de San Jerónimo», la titulada "Descripción y relación cumplida de todas las partes de la fábrica", en la que a lo largo de todo el capítulo XXII defiende a Montano y ataca veladamente al jesuíta. Sigüenza, en su deseo de rehabilitar a su maestro, defendió también la imposibilidad de asimilar los dos edificios.

El padre Sigüenza [Pulse en la foto para acceder al texto]

Por su preferencia del texto hebreo original y otras posturas compartidas con Montano fue juzgado por la Inquisición entre 1592 y 1593, y es al año siguiente, una vez exculpado, cuando se le encomienda la misión de escribir la historia de la Orden de San Jerónimo. Luego sería nombrado rector del colegio y prior del convento, cargo que ocupó hasta su muerte en 1606. El designio político de su discurso también es claro: trata de demostrar que el Templo de Salomón exigió un gasto superior a trescientas veces el del Monasterio. Felipe II ha sido mejor monarca que el mismo Salomón, ya que ha sido capaz de levantar un edificio mayor que la maravilla veterotestamentaria.

(Fray José de Sigüenza: La fundación del monasterio de San Lorenço el Real (1600) y sobre todo en Descripción y relación cumplida de todas las partes de la fábrica(1605), pp. 593-618: discurso XXII: "La comparación y conferencia de este templo y casa con otros edificios famosos, principalmente con el templo de Salomón")



1600: Fray Luis de Azevedo

El fraile agustino escribió un libro de sermones sobre la virgen María. En él, de una manera que se nos antoja peregrina, introduce un capítulo (discurso décimo, parte segunda) en el que, aparte de defender lo barato que resultó El Escorial, explica las principales excelencias que tuvo el Templo de Herodes (el segundo templo le llama él) sobre el de Salomón, que estaba "trazado por el mismo Dios". Esta línea, seguida también por Sigüenza, se sitúa enfrentada a la defendida por los autores de la línea de Villalpando, que atacan como vimos este segundo templo. Citando a Sebastián Barradas, defensor del Primer Templo frente al Segundo (reconstruido parcialmente por Esdras y Zorobabel), no menosprecia el reconstruido por Herodes, que fue el que conoció la Virgen (tema de su libro) y Jesús. Así, compara los dos templos en el capítulo "Excelencias y ventajas del Segundo Templo respecto del primero, por auerlo visto Christo y la Virgen con su presencia illustrado":

Primer temploSegundo templo
1. Todo Israel cabía en el Templo1. En él entró la Virgen con Jesús, es decir, Dios y su madre
2. Estaba el Arca de la Alianza2. Allí estuvo la vara de la Virgen, que libró al mundo del demonio
3. Los sacerdotes se ungían con Óleo Santo3. El Espíritu Santo lo inundaba
4. Dios respodía a los sacerdotes desde el púlpito4. Dios habló en él con Simeón
5. El colgante sacerdotal ("Ephot"), con sus 12 gemas de colores, resplandecía en él5. El resplandor estaba en el mismo Jesús


- Discursos morales en las fiestas de la Reina del cielo de Nuestra Señora, compuestos por el padre Fray Luis de Azeuedo... de la orden de nuestro Padre San Agustin. Impreso en Valladolid por Francisco Fernandez de Cordova, 1600.



1607: Jacques Capell

El teólogo protestante Jacques CAPELL (Rennes, 1570-1664) escribió en un tratado sobre las medidas de los antiguos, «De Mensuris, libri tres», donde en la edición con misceláneas recoge con gran profusión de datos numéricos las diferencias entre los templos de Ezequiel y de Salomón. Su hermano Louis Cappel, el Viejo, también escribiría sobre el templo en 1657.



1609-1626

1609 El escrituario y teólogo jesuíta Juan de PINEDA (Sevilla, 1558-1637) escribió, en la línea contraria a Montano, Céspedes y Sigüenza, una biografía del Rey Salomón, publicada en Lyon, en 1609, que, sobre todo en el libro V, capítulo V, suscribe los argumentos y la misma reconstrucción formal que su correligionario Villalpando, que fué condiscípulo suyo en las clases de exégesis bíblica del Padre de Prado. El tratado no incluye reconstrucción gráfica, más centrado en la vida y obra de Salomón.

1610 Especialmente interesante resulta la aportación del monje novariense Agustin TORNIELLI (Barengo, 1543 - Milán, 1622) publicada en su «Annales sacri et profani» (1610). El italiano diferenciaba entre el Templo que construyó Salomón del que Ezequiel vió en una visión. El primero, influido por la división en tres patios contiguos de Vatable, tenía un primer atrio de 215x270, otro dedicado al Altar de los Sacrificios de 155x90, detrás del cual se situaba el Santuario de 70x100 codos (donde la influencia de Montano es manifiesta). Por contra, el de Ezequiel deja ver la influencia de Villalpando, sobre todo en el estilo de dibujo, aunque también se dejan ver muchos elementos de Montano en los detalles arquitectónicos y en una cierta concepción «herodiana» de la división en atrios.

Templo de Salomón, según A. Torniello   Templo de Ezequiel, según A. Torniello

- Annales sacri ab orbe condito ad ipsum christi passione reparatum cum paecipuis ethnicorum temporibus apte ordinateque dispositi auctore Agustino Torniello, Mediolani [Milán], MDCX [1610], 2 tomos [Rª BN: 7/12467-8].

1611 El geógrafo italiano Marino SANUDO, el Viejo, conocido tambien por Torsello (nacido en Venecia y muerto después de 1334) viajó al menos cinco veces a Tierra Santa, siendo publicado su diario por Bongars como segunda parte a una historia de Oriente (1611). Incluía cuadros sinópticos y mapas del mundo antiguo, de Tierra Santa y de la ciudad de Jerusalén, donde el Templo tiene una curiosa forma acastillada de planta cuadrada con cuatro torres en las esquinas.

1613 El profesor de teología protestante Matthias HAFENREFFER publicó en Tübingen (Alemania), donde era Profesor de Teología y Canciller de la Universidad, su libro «Templum Ezechielis», con características formas complicadas del estilo propio de su zona, el llamado «ohrmuschel», donde defiende la interpretación luterana de la Biblia. Pese a suponerse el cuadrado que Ezequiel describe en la Biblia, el efecto perspectivo es especialmente similar al de Arias Montano, influencia que puede notarse también en la torre de la fachada del Santuario. La presencia del Palacio de Salomón detrás de éste y las cuatro torres de las esquinas bien pueden deberse a una influencia directa de El Escorial.

Templo de Ezequiel, según M. Hafenreffer (1613)

Hafenreffer se centró en la posición, materiales, diseño, ornamento y proporciones del Templo. También hizo una propuesta sobre los pesos y medidas hebreas, relaccionándolos con los estándars de Wittenberg y mezclando la geometría con los comentarios espirituales. En el Apéndice «Geometrica», propuso que Ezequiel dio suficientes detalles para descubrir los principios geométricos de la traza del Templo, evidenciando una sublime geometría de armonía y proporción. Para estudiar esta geometría, consultó a dos famosos matemáticos y astrónomos protestantes, Michael Maestlin y Johannes Kepler.


- Helen Rosenau, Vision of the Temple: the Image of the Temple of Jerusalem in Judaism and Christianity, pp. 93 y 106, London, 1979.

1615 El jesuíta madrileño Martín ESTEBAN publicaba su «Compendio del Templo de Salomón» (1615), mezclando las lecturas bíblicas con el libro de su maestro Villalpando. Si bien no incorporó grabados, sí incluyó un rico estudio teórico sobre las medidas hebreas.

1625 Matthaeus Merian el viejo (Matthäus Merian der Ältere) fue un famoso topógrafo y grabador suizo católico (Basilea 1593 - Schwalbach, Alemania, 1650). Trabajó en París con el gran grabador Callot y abrió una librería en Frankfurt. Curiosamente, influyó notablemente en la más famosa Haggadah hebrea, la publicada en Amsterdam en 1695, con lo que probablemente ha definitdo la imagen del Templo de Salomón para el mundo hebreo a partir del siglo XVIII. La imagen interior del Templo, donde el eclecticismo arquitectónico llega hasta tomar elementos del gótico -las tres naves, el ábside curvo con vidrieras- presenta la singularidad de presentar a Salomón arrodillado frente a un altar como un cristiano levantando los brazos orando. El exterior, que sigue un esquema de sucesivos niveles de muros, tiene mucho de deuda con Arias Montano y Cristiano Adrichiano, aunque otros elementos, como las columnas Jakim y Boaz, parecen tomadas de la Biblia de Vatable

El rey Salomón orando en el Templo Mathaeus Merian Imagen exterior del Templo

- Mattaei Merian: "Icones Bibliae vet. et novi Testamenten. Figuren biblischer Historien, 1625-27.

1626 El noble, estadista y filósofo londinense Francis BACON de Verulam (1521-1562) en su famosa fábula sobre una sociedad utópica «La Nueva Atlantis» incluyó una universidad en la isla de Bensalem llamada la «Casa de Salomón», donde los investigadores trabajarían en colaboración. Esta visión tuvo mucha influencia en la Inglaterra del siglo XVII, destacando a Samuel Hartlib y a miembros de su círculo. En 1654, la Universidad de Médicos en Londres fue declarada por Walter Charleton como una verdadera «Casa de Salomón», inspiración que puede encontrarse también en la Sociedad Real de Londres y el primer Museo Ashmolean de Oxford. La universidad de Bacon habría sido fundada por un antiguo rey llamado Solamona, que era recordado por su sabiduría y el mantenimiento de la ley, como el mismo Salomón que la daba nombre.


- Francis Bacon: New Atlantis. A Worke Vnfinished, appended to: Sylva Sylvarum: or a Natural Historie in Ten Centuries, Londres, 1626.
- A. MacGregor, "A Magazin of All Manner of Inventions": Museums in the Quest for «Salomon’s House» in Seventeenth-Century England", en Journal of the History of Collections, vol. 1 (1989), pp. 207–212.
- C. Webster, "The College of Physicians: «Solomon’s House» in Commonwealth England’", en Bulletin of the History of Medicine, vol. 41 (1967), pp. 393–412.


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